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fluir sin un fin más que
fluir sin un fin más que
fluir
Es un movimiento que nace entre 1961 y 1962, organizado informalmente por George Maciunas que nos propone un diálogo entre la música, las artes plásticas, las visuales, la literatura y la performance.
¿Qué le propone Fluxus al arte?
Fluxus propone cuestionar las tradiciones en lo artístico, derribar las concepciones que venimos arrastrando con respecto al arte.
La destrucción como fuente de actividad creadora y la disolución de los límites entre el arte y la vida son los fines principales de este movimiento que busca también acabar con lo solemne introduciendo el concepto de juego y disfrute.
Se ahonda en la idea de que cualquiera puede hacer arte.
¿Qué nos propone como expectadores?
Nos propone meternos en el absurdo, divertirnos, cuestionar los límites del arte y formar parte de él, entendiendo que no hay altos ni bajos niveles en la cultura.
¿Y como artistas?
Nos lleva a desprendernos de lo establecido, nos obliga a pararnos y ver el arte desde otro lugar. Nos aliviana el peso de ver al arte como algo sublime, solemne e incuestionable.
Nos abre la perspectiva y nos vuelve más flexibles, ampliando los horizontes de nuestra creatividad
fluir sin un fin más que
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Este movimiento, cuyo enfoque es el antiarte, es una paradoja en sí mismo y no podría existir sin ello. Si bien su punto focal es convertir al arte en algo que esté al alcance de todo el mundo con la idea de que "cualquiera puede hacer arte", de todas formas sigue dependiendo de la existencia del artista, que es quien plantea la idea.
Como decía Maciunas acerca de la silla de Charle Eames, aunque una persona común hiciera del uso de la silla un hecho artístico igual seguiría dependiendo de la existencia de Eames como artista creador de esa silla. Entonces la existencia del artista y su rol de mediador entre la obra y el espectador aún siguen siendo necesarios.
También cabe destacar que las obras de este movimiento llegaron a institucionalizarse y llegaron a museos, cambiando completamente la experiencia primera con la que fueron creadas. El movimiento que rechazaba a las instituciones ahora es reconocido por estas, y ahí hay también otra paradoja.
Yoko Ono
En 1961 la artista conceptual japonesa había decidido hacer esta pintura cuyo fin era que las personas se parasen sobre ella. El retazo de lienzo fue ubicado en su piso en Chambers Street donde se hicieron una serie de conciertos con quienes ahora son grandes nombres del movimiento avant-garde. Poco después George Maciunas le ofreció hacer una muestra propia con sus trabajos en la A.G Gallery de Nueva York, oferta que aceptó rápidamente.
Traigo esta obra como ejemplo de la paradoja Fluxus por dos motivos: el primero es que, a pesar de la experiencia colectiva de pisar el lienzo, la pieza en sí misma podría haber sido realizada por cualquier persona pero se necesitó de la idea de Yoko Ono como artista para llevarla a cabo, dejando al descubierto esta paradoja de la necesidad del artista aunque se considere que se puede prescindir de ello. Aún se necesita de la directriz del artista.
Por otra parte está su exposición en museos, en primera instancia no se necesitó de un contexto de museo para realizar la obra pero al ser expuesta en una galería de arte pasa a formar parte del circuito institucionalizado que querían derribar. En la actualidad, esta pieza llegó a ser exhibida en MoMA dejándonos la idea de que este movimiento que no buscaba ser reconocido como movimiento irónicamente lo logró.
Un recorrido generado con los sonidos de mi cotidianeidad.